Tomado de: www.auladereli.es
1. Dichoso el educador que es capaz de hacer camino con el educando, acompasando sus pasos y su espera.
2. Dichoso el educador que, durante el camino, se deja educar por la experiencia de aquel a quien trataba de educar.
3. Dichoso el educador que no sólo conoce el método de trabajo sino que ama los valores que inevitablemente entrega.
4. Dichoso el educador que admite y confiesa que su único método es el de testimoniar el amor y promover la libertad y la verdad.
5. Dichoso el educador que no sucumbe a la desesperación ante la meta que se propone conquistar.
6. Dichoso el educador que no cae en la presunción de pensar que ya ha conquistado la meta imprescindible.
7. Dichoso el educador que no se rinde a la inmensa tarea de ayudar a la persona a ser persona.
8. Dichoso el educador que ayuda a los demás a vivir ante lo otro con la actitud de señorío que corresponde a la persona.
9. Dichoso el educador que ayuda a los demás a vivir ante los otros la difícil aventura de la fraternidad
10. Dichoso el educador que ayuda a los demás a vivir ante el absolutamente Otro el gozo creador de la filialidad del Abbá.
José-Román Flecha
Fuente: Delegación de Enseñanza del Arzob. de Oviedo
Fuente: Delegación de Enseñanza del Arzob. de Oviedo
BIENAVENTURANZAS DEL EDUCADOR DEL SIGLO XXI
(del Hermano Eugenio Magdaleno)
Tomado de: fmmeducacion.com.ar1. Bienaventurado el educador que cree y ama su tiempo, su historia y su siglo, porque sembrará esperanza y optimismo.Bienaventurado el educador que siente la patria como país viable, tierra privilegiada, porque despertará ilusión y ganas de vivir y trabajar por ella.
2. Bienaventurado el educador que descubre su tarea como misión, como vocación, porque sublimará los sinsabores de los magros sueldos y la incomprensión de la gente.
3. Bienaventurado el educador, la educadora, que infunde amor a la tecnología educativa, fuerza del hoy, pero no olvida la ética, el culto de la verdad, el cultivo de la fe, las fuerzas de siempre, porque serán maestros de verdad.
4. Bienaventurados los educadores que poseen un corazón sin fronteras, abierto al pluralismo étnico, religioso, social, político e intelectual; un corazón en el que quepan todos los niños y los jóvenes todos, porque serán cultores de la unidad.
5. Bienaventurados los educadores que saben mirar al futuro, que creen en el cambio, que saborean lo nuevo, porque prolongarán su juventud.
6. Bienaventurados los educadores que con humildad se acercan a los chicos, para compartir con ellos la soledad, la inseguridad, la tristeza porque serán padres de muchas sonrisas.
7. Bienaventurado el educador, la educadora, para que, como el Jesús de Emaús, hace camino junto a los chicos, porque habrá abierto y ganado su corazón.
8. Bienaventurados los educadores que, solidarios, se arremangan para "lavar pies", enjugar lágrimas y perdonar desaires, porque revelarán el rostro de Dios Padre.
9. Bienaventurado el educador que, como la Virgen, sabe guardar las alegrías y las penas de la educación en el corazón, porque será gloria, alegría y corona.
10. Bienaventurado el educador, la educadora que, al estilo de los grandes pedagogos, no esperan que los tiempos sean buenos, sino hacen de los malos momentos, tiempos óptimos, porque serán constructores de la mejor educación.
3. Bienaventurado el educador, la educadora, que infunde amor a la tecnología educativa, fuerza del hoy, pero no olvida la ética, el culto de la verdad, el cultivo de la fe, las fuerzas de siempre, porque serán maestros de verdad.
4. Bienaventurados los educadores que poseen un corazón sin fronteras, abierto al pluralismo étnico, religioso, social, político e intelectual; un corazón en el que quepan todos los niños y los jóvenes todos, porque serán cultores de la unidad.
5. Bienaventurados los educadores que saben mirar al futuro, que creen en el cambio, que saborean lo nuevo, porque prolongarán su juventud.
6. Bienaventurados los educadores que con humildad se acercan a los chicos, para compartir con ellos la soledad, la inseguridad, la tristeza porque serán padres de muchas sonrisas.
7. Bienaventurado el educador, la educadora, para que, como el Jesús de Emaús, hace camino junto a los chicos, porque habrá abierto y ganado su corazón.
8. Bienaventurados los educadores que, solidarios, se arremangan para "lavar pies", enjugar lágrimas y perdonar desaires, porque revelarán el rostro de Dios Padre.
9. Bienaventurado el educador que, como la Virgen, sabe guardar las alegrías y las penas de la educación en el corazón, porque será gloria, alegría y corona.
10. Bienaventurado el educador, la educadora que, al estilo de los grandes pedagogos, no esperan que los tiempos sean buenos, sino hacen de los malos momentos, tiempos óptimos, porque serán constructores de la mejor educación.
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